Trampa del destino
Que linda la mujer de Oscar Castro, cuando cuenta cómo conoció a su marido.
Isolda Pradel, era una muchachita que hacía teatro, una vez su profesor la hizo recitar un poema de Pablo Neruda, para un concurso de radioteatro. A ella no le gustaba el autor, y cuando estaba en la peluquería junto a sus compañeras arreglándose para el evento, una de sus amigas encontró el extracto de un poema anónimo en una revista, se lo mostró a Isolda y la muchachita se encantó.
"Tierra mía, mi tierra con olor a vendimias,
sabor del fruto dulce y del agua que bebo,
el día en que tu entraña me recoja y me absorba,
te habré devuelto sólo todo lo que te debo".
Decidió recitarlo en el concurso sin avisar a su profesor, cuando salió al escenario se disculpó y con el tiempo averiguó de quién era. Viajó a Rancagua en busca del poeta y cuando llegó hasta él. La historia dio un vuelco.
Los jóvenes se cayeron bien, se hicieron amigos y se enamoraron. Con el tiempo se casaron y formaron una familia. El poeta murió y en estos días Isolda, lo recuerda vivo y lo siente vivo y con una voz gastada y vibrante dice: "FUE COMO UNA TRAMPA DEL DESTINO. FUI POR UN POEMA Y ME QUEDÉ CON EL AUTOR".