Tapaboca divino

Voy sentada en el Metro. Frente a mí un hombre negro habla por celular en un idioma que desconozco. A mi lado una señora con rostro andino y al otro un español de aspecto desaseado. El vagón va lleno, se escuchan voces de diversas partes del mundo.

"Cree que está en su casa", farfulla el español con ese seseo que todos conocemos. Se arma un silencio. La gente lo mira, y este al darse cuenta que capta la atención continúa: "que no se calla, que cree que está en su casa, que #¡0/&%RU*". Miradas incómodas, probablemente muchos con ganas de hacerlo callar y por su lado, el hombre negro ni se inmuta, sigue en su conversación.

Ahí va de nuevo, "que qué te pasa tío que no vas a parar" el español se enfrenta directamente al hombre negro quien recién se da cuenta que algo pasa y corta su llamada.

- ¿Sí?
- Te estoy diciendo que estás hablando muy fuerte, que esta no es tu casa, que respetes a los demás.

Un sentimiento de ira inunda mi cuerpo. "Esto es muy injusto", pienso.

Para el carro y entra un rapero arrastrando un parlante con el micrófono prendido. Mucho volumen.
"Qué tal cómo están, yo estoy pronto a empezar".
Nos miramos todos y estallo en risas. El resto se me suma y el español con cara de estaca se empieza a retractar de lo que ha hecho y dicho.

El rapero no se da por enterado y sigue su canción: "Abracadabra que esto es mi hip-hop un símbolo de expresión en contra la ley mordaza..." continúan las risas y el rapero se acerca al español y en su lírica improvisada pregunta: "Dígame usted señor, que no es de esos que se creen ser un sabelo todo ...".

¡Castigo divino! grita un hombre que está en frente y con orgullo respondo un gesto de tapaboca. El rapero continúa, el hombre negro se baja cagado de la risa y el español rendido menea la cabeza echándole la culpa a la ley de murphy.

(Línea 1, Metro Barcelona, 1PM - 9 agosto de 2017)