jueves, agosto 21, 2008

Un matrimonio forzado

(El Caballero de Copas, el Enamorado, la Luna, Reina de Dineros, 2 de Copas, el emperador, Caballero de Espadas, el Loco, el Diablo, el Conductor del Carruaje, la Muerte)


Recuerdo perfectamente esa noche cuando el Emperador me mandó a buscar con el Conductor del Carruaje. Así es, ese hombre tímido y canoso que vestía siempre una capa café tocó a mi puerta una y otra vez.


- ¿Qué desea señor, por qué llama a mi puerta a estas horas de la noche?
- Vengo de parte del Emperador, le ha enviado esta carta
- ¿Está seguro que es para mi?


Me miró fijo a los ojos y con una sonrisa marcada por dos grandes margaritas afirmó con su cabeza. Confundida y no muy convencida la tomé, la guardé en el bolsillo de mi vestido y cerré rápidamente la puerta, pero antes que ésta llegara a su tope el Conductor del Carruaje la frenó con su pie.

- Disculpe señorita no quiero incomodarla pero debe leerla con inmediatez porque usted debe venir conmigo. El Emperador la espera.

-¿qué?


Nada calzaba en mi cabeza. Yo, una mujer tosca que había dedicado su vida a diseñar espadas, oficio aprendido de mi padre Sir Thomas Petit, el Caballero de Espadas ¿Por qué era llamada por el Emperador? Abrí cuidadosamente el papiro y comencé a leer el texto que estaba escrito con una caligrafía hermosa de un fuerte color dorado.


“Querida Luna:
Sé que te preguntarás por qué te escribo a estas horas de la madrugada y con tanta urgencia, pero creedme que esto no ha sido nada fácil para mí. En primer lugar porque no te conozco y en segundo porque nunca he sido participe de aprovechar mi poder absoluto para aproximarme y exigirle cosas a mi pueblo, pero hoy me he visto en una situación tan extrema que me he obligado a abandonar mis costumbres para sobrevivir a la muerte de mis sueños. Hoy soñé que me enfrentaba a unos dragones y en un movimiento mal logrado con la espada que compré a tu padre me hería a un costado de mi corazón. Mi blusa de seda se tiño de azul y en el intento por no morir fui visitado por la Muerte quien me dijo: “Se ve en tus ojos las ganas de vivir. Te daré una oportunidad pero sólo si consigues en siete horas esposar a una mujer”.
Te debo confesar que no amo a nadie, que nunca tuve en mis planes contraer matrimonio a tan temprana edad. Que si mi elección fue ésta se debió a que tenía la necesidad de romper con la tradición de mi familia.
Te busqué. Fue la espada, mi espada. Te busqué... La elección de dos caminos o el fin de mis proyectos o el de mi sangre. Te busqué. Ven no lo dudes, algún día te amaré”.


Después de leer la carta pensé en escapar, pero el Conductor de Carruaje me pidió que no lo hiciera. Me lo dijo de una forma que me sentí convencida. Cerré la puerta de mi casa y partí. A la media hora y tras una ceremonia muy sencilla y ligera me convertí en la Reina de Dineros. Al poco tiempo nació mi hijo el Loco. Se llama igual que su abuelo. Él, se juntó con 2 de Copas hijo de mi mejor amigo el Caballero de Copas, que era apodado el Enamorado porque vendió su alma al Diablo a cambio de conseguir el amor de su mujer.




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